miércoles, 24 de noviembre de 2010

Palabras de la Presidenta en la Conferencia de la UIA, Centro Costa Salguero.


viernes, 19 de noviembre de 2010
PALABRAS DE LA PRESIDENTA DE LA NACIÓN, CRISTINA FERNÁNDEZ, EN EL ACTO DE CLAUSURA DE LA CONFERENCIA DE LA UNIÓN INDUSTRIAL ARGENTINA DEL BICENTENARIO, EN COSTA SALGUERO, CIUDAD AUTÓNOMA DE BUENOS AIRES

Muy buenos días a todos y a todas; señor presidente de la Unión Industrial Argentina; señor presidente de la XVI Conferencia de la Unión Industrial Argentina; señoras y señores empresarios; señor secretario general de la CGT; señoras y señores de otros partidos políticos; no visualizo muy bien desde aquí, pero los voy a saludar porque si no mañana van a decir que estoy peleada con ellos, no veo muy bien pero los saludo a todos, cualquiera sea el partido en el que estén identificados: la verdad que hay muchos lugares en los cuales alguien que desempeñe la Primera Magistratura puede sentirse cómoda o incómoda cuando habla, pero esa comodidad o incomodidad deviene fundamentalmente de las políticas que nos ha tocado diseñar, desarrollar frente a cada uno de esos sectores en los cuales uno venga a hablar.

Y si hay dos sectores de la economía nacional, dos sectores muy importantes en los cuales me siento muy cómoda hablando es, precisamente, frente a los empresarios, industriales argentinos de la misma manera que también me siento muy conforme cuando voy a la Confederación General del Trabajo.

¿Por qué? Porque creo que son los dos vínculos más fuertes que se han dado en un modelo económico como el que instaló en el año 2003.

Esto no significa menoscabar a los otros sectores económicos, sociales, productivos en absoluto, porque también quiero rescatar que la industria no es como normalmente se piensa un tornillo, un martillo o un torno. Hay que desterrar ese concepto anacrónico y viejo de la industria.

Hoy la industria abarca todas las actividades económicas, productivas en materia de bienes y servicios, desde el turismo, desde la producción primaria a la cual tenemos que agregar cada vez más valor, porque lo que distingue a la industria, como su nombre lo indica, de todas las otras actividades, es que agrega valor a las cosas o las produce y con esto genera millones de puestos de trabajo.

Por eso es tan fuerte y también muchas veces tan conflictiva la relación entre empresarios y trabajadores, porque luego obviamente también está la puja distributiva que no la podemos obviar y que es una cosa que viene desde el fondo de la historia, desde que alguien con un garrote en la puerta de la caverna le daba al otro para quedarse con lo que era del otro.

La puja por la distribución del ingreso no es un concepto económico; es un concepto que hace a la condición humana. Lo que hay que darle a esa puja y a esa conflictividad, es racionalidad institucional y legal y encausarla en el marco de las leyes y la Constitución, sobre todo, en un Gobierno que ha hecho del Ministerio de Trabajo el lugar donde los trabajadores deben y pueden sentirse debidamente representados.

Por eso, yo quería comenzar con estas palabras, para situarnos exactamente en el nudo de todos estos años desde el año 2003 a la fecha en que la actividad industrial ha crecido inclusive por sobre la actividad económica, siendo además el período de crecimiento económico más importante, sostenido y sustentable de los 200 años de historia.

Sostenido, porque ya vamos a entrar en su octavo año; sustentable porque además lo hemos hecho con un modelo de variables macroeconómicas que, por primera vez, se aplican en nuestro país: superávit comercial, superávit fiscal primario, desendeudamiento que realmente tiene características inéditas, inclusive también cuando decidimos cancelar la deuda con el Fondo Monetario Internacional para que no nos fueran impuestas las políticas desde afuera y fuéramos precisamente nosotros, los argentinos, los que pudiéramos diseñar las políticas que permitieran el crecimiento económico; desendeudamiento que además también hoy, si se cuenta o se descuenta la deuda intrasector público, estamos 30 por ciento o un poco menos tal vez de un país que en el año 2003 debía el 160 por ciento de su PBI.

Hoy, descontando el endeudamiento, los títulos que tiene el sector público, estamos un poco abajo del 30 por ciento de un PBI que es además sustancialmente superior al del año 2003 porque lo hemos más que duplicado.

Pero quiero aquí tomar un concepto muy importante que dijo Freddy Nicholson en su presentación en la Conferencia y que alguien quiso deformar y distorsionar.

Yo me tomé el trabajo, como siempre, como no creo demasiado en los titulares de los diarios, pedí el discurso de Freddy que fue el mismo discurso que dio en Banco Nación, lo recuerdo muy bien, y dijo también una cosa que comparto y suscribo plenamente: que es muy importante el tamaño del Producto Bruto Interno de un país, pero que es necesario que ese país le de oportunidades a todos los que viven en él, porque no vale tener un gran PBI si no somos capaces de generar oportunidades de trabajo, de conocimientos, de educación para todos sus habitantes.

Se lo había escuchado en el Banco Nación y lo volvió a repetir, es un concepto que está bien adentro y lo comparto.

Y realmente creo que esta situación en la que hemos generado más de 5 millones de puestos de trabajo, lo que decía Héctor Méndez cuando me escuchó en mi primer discurso ante la Asamblea Legislativa decir, que yo quería -voy a decir exactamente lo que dije- "que me encantaría vivir en un país donde el sector agrícola-ganadero fuera subsidiado por el sector industrial. Porque en realidad ese sería el modelo de los países desarrollados que durante décadas y siglos acumularon en la industria y luego subsidian al sector primario que generar menos valor agregado, genera menos puestos de trabajo y por lo tanto genera menos consumidores".

Porque así como también creo que debemos tener un concepto muy amplio de la industria que va por el software, que va por la nanotecnología, por la biotecnología, también tenemos que ver que cada trabajador, además de trabajador, es un consumidor.

Ustedes me escucharon decir esto a fines del año 2008 cuando se nos vino la crisis desde afuera y allí el mercado desapareció y solamente estuvo el Estado para hacerse cargo de que por favor no cerraran las fábricas.

Me acuerdo también, y siempre lo cuento como una anécdota, cuando la CGT vino a pedirme que duplicáramos las indemnizaciones en lo que se preveía podía ser un comienzo masivo de despidos, como el que estamos viendo en el mundo y como todavía se sigue sucediendo, y yo dije que esa era la mejor manera de acelerar la crisis, que lo que necesitábamos era mantener el vínculo de los trabajadores con las empresas y que para eso el Estado tenía que ayudar a mantener ese vínculo.

Por eso diseñamos una política muy activa bajo el Programa REPRO, donde ayudamos y sostuvimos a cientos de miles de trabajadores completando el salario con recursos fiscales para que esos trabajadores no fueran despedidos.

Y hoy, tenemos el tercer trimestre el año 2010, cerrando con el 7,5 por ciento de desocupación frente al mismo trimestre del año pasado donde llegamos a la marca de 9,1 por ciento de desocupación.

Además, habiendo hecho frente a esa crisis el año pasado, tenemos hoy un crecimiento acumulado en los últimos 12 meses, medido a octubre, del 9 por ciento.

Este 9 por ciento de hoy, sería imposible e inexplicable si no hubiéramos aplicado las políticas proactivas, contracíclicas que desarrollamos durante todo el año pasado.

Pero en estos años también ha crecido mucho la interrelación con el mundo. Si uno suma exportaciones e importaciones, hoy estamos en un 36,5 por ciento del PBI contra un 12 por ciento de suma de exportaciones e importaciones durante la década de los años '90.

Es precisamente esta manera de medir la inserción en el mundo.

La inserción en el mundo no se mide porque nos reciban con alfombra roja en algún lugar o nos aplaudan; la inserción se mide en cuánto aceptan que les vendamos, en qué mercados podemos entrar y qué plazas podemos conquistar.

Y analizando la última medición de superávit de los primeros 10 meses de este año 2010, estamos ya en 11.426 millones de dólares de superávit comercial.

¿Saben en cuánto participó la manufactura industrial?

En un 34 por ciento de ese superávit.

El sector manufactura agroindustrial, en un 32 y el primario, en un 23 por ciento y combustibles en un 9 por ciento.

Estamos viendo claramente como va participando, cada vez con mayor intensidad, el sector manufacturero, que es donde realmente tenemos que seguir agregando mucho valor. Y además, la aparición, con mucha fuerza -que es lo que también me da muchas certezas, no solamente esperanzas, las esperanzas se parecen a los deseos, las certezas son algo más- el desarrollo tecnológico que hemos alcanzado en sectores como biotecnología en la cual somos primeros en Latinoamérica: tenemos 2,4 proporción sobre cada 1 millón de habitantes, sobre 1 que tiene el resto de Latinoamérica.

Tenemos un desarrollo muy importante también en materia de pymes. Mientras en Latinoamérica las pymes participan solamente en un 5 por ciento en la exportación, aquí en la Argentina participan en un 15 por ciento.

Este es un dato muy importante porque, como todos sabemos, son las pequeñas y medianas empresas las que, por su propia evolución, por sus propias características generan mayor cantidad de trabajo.

También hemos aumentado la productividad; aún incorporando más de 1 millón de trabajadores promedio anual en estos años, estamos con una productividad del 5 por ciento anual y hemos mejorado el valor agregado por cada trabajador de 12.000 dólares por cada trabajador a 32.000, es decir el doble de productividad por trabajador.

Por eso creo que son datos muy importantes que debemos tener en cuenta, pero también ver lo que nos falta.

Yo acepto el desafío que me plantean de que siempre falta, porque yo también soy una inconformista por naturaleza, siempre voy por más.

Esta es una regla también de la política: no conformarnos con lo que hemos logrado sino seguir transformando.

Déjenme decirles la Argentina y la industria que yo imagino para el siglo XXI.

Yo quiero decirles a los empresarios que no vamos a acumular rentabilidad ni por vía de salarios degradados, como fue durante el siglo XX o los principios del capitalismo insipiente ni tampoco por vía de precios.

En el siglo XXI la rentabilidad viene por conocimiento, por innovación tecnológica, no solamente en terminación de producto, sino en línea de producción.

Esto es clave. Observen: Corea hace 25 años tenía un ingreso per cápita de 100 dólares; hoy Corea tiene un ingreso per cápita de 20.000 dólares; son 48 millones de coreanos que viven en un territorio similar, por ejemplo, a la provincia de Catamarca.

Esto lo han logrado con innovación tecnológica.

Por eso estamos apostando muy fuertemente a esto a partir de líneas crediticias, a partir de la creación del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, a través de la repatriación de científicos que ya superan los 800, pero tenemos 4.500 todavía afuera, en su gran mayoría egresados de las universidades públicas gratuitas.

Y hay un 73 por ciento de esos egresados que se graduaron en las carreras que nos están faltando en la República Argentina, en biología, en ingeniería, en las duras.

La mayoría trabaja en el sector privado y otro grupo importante en el sector público.

Pero necesitamos, además, seguir apostando a la educación.

Esta es la otra gran clave que siempre señala también Freddy en sus discursos y que creo que es la inversión más importante que se ha hecho en las últimas décadas en materia educativa en la República Argentina.

Como ustedes recordarán, nosotros propusimos una ley de financiamiento educativo que tenía como meta el 6 por ciento del PBI, de un PBI en el año 2005, cuando se sancionó la Ley, que era sustancialmente inferior; la meta era cumplir en el año 2010, Año del Bicentenario, ese 6 por ciento al PBI; hoy estamos en el 6,5 por ciento de inversión educativa.

Charlábamos afuera de cuando comparábamos los alumnos de las escuelas técnicas en otros países industrializados y los que tenemos nosotros.

Pero no tenemos que olvidar que en este, nuestro país, las escuelas técnicas habían sido cerradas, no había escuelas técnicas.

Fue a partir del año 2003, en que decidimos abrir nuevamente las escuelas técnicas, darles un gran impulso y hoy hay un ingreso creciente de esas escuelas técnicas, pero es necesario recuperar décadas perdidas.

Por eso también los programas de inclusión social que hacen sustentable a un país y cohesionan a una sociedad y a una Nación.

Por eso, la Asignación Universal por Hijo, por eso también las computadoras para los alumnos de las escuelas públicas secundarias; el tema de la brecha informática, pero además el desarrollo de la industria del software, que si hay legisladores presentes, ya que estamos, hace un año ya más o menos, Débora, ¿no?, mandamos una modificación a la Ley de Promoción del Software, si están los de las Cámaras por ahí..

Me acuerdo que la presenté en la ceremonia de los Premios Sadovsky del año pasado, vamos a entregar este año otra vez los Premios Sadovsky y en un año todavía no hemos obtenido la sanción de esa ley que no es ni para la Presidenta ni para la Ministra ni para ningún miembro ni del partido ni del Gabinete, es para una de las industrias más movilizantes de altos recursos humanos calificados y también de exportación como es la industria del software. Así que, por favor, si logramos que el año que viene tengamos sancionada esa ley va a ser un aporte muy importante a una industria que viene creciendo y en la cual empresas internacionales, como TATA, IBM, SAT, se han venido a instalar en el país por la calidad de nuestros recursos humanos.

Esto también es industria, la Biotecnología también es industria.

El otro día, visitando Pilcaniyeu, donde volvimos a enriquecer uranio en la Argentina para diversificar la matriz energética y tener presencia como Argentina la tuvo también liderando en América latina este proceso en materia de energía atómica y de nanotecnología también aplicada a la generación de energía atómica.

Realmente es un mundo muy fascinante el viene y que exige por parte de todos nosotros inteligencia. Como lo dije ayer con motivo de la presentación del Acuerdo Social de Paz entre un sector muy importante como es el hidrocarburífero energético, donde las principales, por no decir la totalidad de las empresas productoras de gas y petróleo, totalidad de empresas de gas y petróleo, totalidad de sindicatos del sector, totalidad de autoridades institucionales, gobernadores e intendentes que están en los territorios, en las geografías que producen hidrocarburos, firmamos, junto al Ministro de Planificación y al Ministro de Trabajo, un Acuerdo de Paz Social.

Entre otros conceptos también, la canalización legal de la conflictividad laboral.

Porque reitero: no podemos ser los más de 40 millones de argentinos rehenes de prácticas que no le hacen bien al país y mucho menos a la actividad económica que, en definitiva, es lo mismo.

Por eso estamos impulsando fuertemente el Acuerdo Tripartito que lo levantamos y lo sostenemos como un concepto entre Estado, entre el sector privado y, por supuesto, los trabajadores.

Ya nadie piensa en un Estado empresario, tampoco ya, luego de lo que pasó en el 2008, nadie puede pensar en un mercado que se autorregula sin la intervención del Estado.

Si uno dice estas cosas en Europa, se le ríen en la cara, los mercados autorregulados ya nos dimos cuenta que no existen.

Y no es porque quienes estén en el sector privado sean malos, sino porque es imposible que alguien se autorregule en sus propios intereses y no lo haga el Estado en representación de toda la sociedad.

Yo creo que si entendemos los roles de un Estado que tiene que intervenir fuertemente cuando la economía tiene problemas, porque no podemos dejar caer fábricas, porque no podemos dejar caer empleos, porque no podemos dejar gente en la calle.

Yo comentaba en el G-20, yo no puedo entender cómo permitieron que se remataran millones de casas.

Nosotros tuvimos acá la crisis del 2001 y se acuerdan cuando teníamos la cuestión de las hipotecas que habían contratadas en dólares y me acuerdo que muchas veces en la Cámara prorrogamos los remates hipotecarios y nos decían desde sectores ortodoxos que íbamos a destruir el mercado bancario, el mercado financiero o el instrumento hipotecario.

Pero en realidad, si no hacíamos eso destruíamos a las familias, a los trabajadores, a la gente y yo no creo que una sociedad ni una economía ni bancos puedan funcionar sin familias, sin personas que tomen sus servicios.

Porque eso es lo que volvemos a sostener como el eje central que ha sido discusión sostenida en el G-20, la demanda agregada.

Lo venimos sosteniendo desde el encuentro en Londres, cuando la primera preocupación fue ir a fondear al sector financiero, que era correcto porque estaba la fotografía, estaba el ADN de la crisis del '30 donde se dejó caer a los bancos y, obviamente, la recuperación económica fue entonces mucho más lenta.

Pero lo cierto es que había que garantizar que ese fondeo bancario llegara luego a la economía real.

Por eso, nosotros también entre otras medidas, adoptamos el año pasado préstamos a empresas que necesitaban, para seguir creciendo y no despedir gente y sostener plataformas de producción, fondos.

Quiero tomar un ejemplo porque fue muy emblemático y la verdad es que cuando lo contamos en el G-20 y en la Mesa de Finanzas, todos nos miraban: GM, General Motors, que como todos ustedes saben ayer acaba de ingresar nuevamente a la Bolsa de Nueva York, su presidente lo hizo muy simbólicamente en un auto descapotable, el año pasado aquí, su filial, que es GM Argentina, con accionistas extranjeros, no contaba con los fondos que la casa matriz le debía remitir para poder presentar la plataforma de su modelo Agile.

En ese momento, ANSES le dio un préstamos de 259 millones de pesos, con 1 año de gracia y 4 de plazo.

En el primer año nos devolvió la mitad y esta semana, el presidente de GM, nos vino a comunicar, con la antelación que establecía el contrato, que en marzo terminan de cancelar por lo cual, además, de habernos pagado 59 millones de pesos de interés por la operación, va a tener que pagarnos además 1.700.000 por cancelación anticipada de crédito.

Bueno, ¿qué fue, una buena operación financiera para la ANSES?

Sí, pero fundamentalmente para la economía.

Porque incorporó 1.050 puestos nuevos de trabajo, fomentó a todo el sector autopartista, porque la situación era no solamente que no iba a tomar gente sino que iba a echar gente, y no solamente no echó, sino que incorporó 1.050 trabajadores, produjo 100.000 vehículos, de los cuales se exportaron el 85 por ciento y redujo en 200 millones de dólares el desbalance comercial que se nos produce en el sector automotriz producto de que no tenemos una integración total de las piezas y que estamos avanzando fuertemente.

Pero fíjense lo que es esta Argentina que tenemos hoy comparada con el mundo.

A mí me tocó en una semana presentar dos modelos nuevos de autos de dos importantísimas fábricas de origen francés ellas también, una en Córdoba y una aquí.

Al mismo tiempo, recibíamos al CEO de una importantísima empresa argentina de neumáticos, pero que sus accionistas son extranjeros, anunciando una inversión de 100 millones de dólares para la producción de llantas radiales para autos 4 por 4. Esa fábrica, cuando Kirchner llegó al Gobierno, en el año 2003, en Mataderos, estaba a punto de cerrar.

En Peugeot, que fuimos el otro día presentamos el modelo Peugeot 408, y discúlpenme si vieron a Cristiano por ahí, que no se enoje la Fiat, por favor, que también anda muy bien, así que no se pueden quejar; a no llorar, por favor.

Cuando Kirchner llegó al Gobierno, la fábrica de Tres de Febrero tenía 700 trabajadores; el otro día - cuando presentamos este modelo - tenía 5.856 trabajadores en un mundo donde estamos viendo todos los días lo que está sucediendo.

Por eso creo que tenemos muchas oportunidades, yo quiero anunciar aquí también una cosa muy importante, ustedes saben que hoy 19 deberíamos haber inaugurado Tecnópolis, que era precisamente la muestra de Ciencia y Tecnología de toda la industria y la actividad económica argentina, desde el 25 de mayo de 1810 hasta ahora; diferencias con las autoridades de la Ciudad -que no vale la pena mencionar- nos impidieron que hoy lo hiciéramos, pero somos muy obstinados, así que ya tenemos un predio para hacerlo, pero no lo vamos a hacer por un año, vamos a hacer un predio de Tecnópolis, en donde todos los años vamos a exponer, como por ejemplo otras actividades lo hacen, la Sociedad Rural lo hace desde siempre; la industria argentina tiene que ganar un lugar permanente también para exponer todos los avances, las incorporaciones, el desarrollo.

Y va ser un lugar muy emblemático, también, ya que se habló de situaciones institucionales difíciles y que son las antiguas instalaciones de Villa Martelli, donde estaba el Regimiento de Villa Martelli, más de 80 hectáreas

Y además de estar entre el Partido de Vicente López y San Martín, dos sectores donde están desarrollándose mucho - por ejemplo - la industria de las Tics, de las tecnologías de información, como polo en Vicente López, del lado de San Martín tenemos también un fuerte desarrollo industrial, está CITEFA, está la CENEA, está INTI.

O sea eso va a ser con carácter permanente dedicado a la ciencia, a la tecnología, a la industria, a todo lo que somos capaces de haber hecho los argentinos en estos 200 años.

Pero confío que vamos a ser capaces de hacer muchas cosas más en estos 100 años que están por delante.

Por eso lo queremos inaugurar el año que viene, en el primer año del Tercer Centenario, como una muestra de que la industria va a tener también su exposición permanente todos los años. Tenemos que vincular a los argentinos con la industria, tenemos que vincular a nuestros chicos, que quieran volver a ser matriceros, torneros, diseñadores de software, que vean que es necesario y es posible tener un país en crecimiento y agregarle mucho valor.

Yo creo, sinceramente, que todo está en ese gran desafío de innovación tecnológica, que no es solamente en el producto final, es en toda la línea de producción para mejorar competitividad, productividad.

Y para en síntesis, ser lo que alguna vez soñaron hombres de la industria, que vi cuando venía caminando en ese magnífico collage de 200 años que han hecho, medio copiándonos, pero está bien, hay que copiar lo lindo, me encanta.

El desarrollo de ese pasillo me encantó.

Y quiero contarles algo, como símbolo que les traigo de lo que se vienen el futuro, va a ser tan importante la transformación, yo siempre les digo, normalmente todo los empresarios tienen un gerente financiero, un gerente laboral, un gerente de ventas; es necesario que todos incorporen una gerencia en innovación tecnológica.

Créanme que la verdadera rentabilidad y generación de riqueza la van a tener por ese lado en lo que viene del siglo XXI.

Yo me acuerdo, y quiero terminar - sin alcanzan eso que me trajeron el otro día, déjamelo acá que cuando lo muestre va a creer que es un juguete, pero no - se acuerdan ustedes, yo por lo menos me acuerdo, en el año 94, cuando era Constituyente recién habían salido celulares, que ni se llamaban celulares; no sé qué nombres tenían, eran unos ladrillos de este tamaño, no se sé acuerdan, con una antena que uno parecía que estaba hablando con una cosa muy extraña. Era el año 94, lo único que hacían era comunicarse de un lado a otro y muchas veces con dificultades.

Entonces alguien imaginaba, en ese año 94 cuando empezamos a utilizar esas cosas, que hoy íbamos a tener celulares en los cuales íbamos a poder conectarnos con Internet, mirar televisión, filmarnos, hablarnos con nuestra hija, que está a miles de kilómetros de distancia mirándonos por un celular, por la red.

Fíjense la fantástica transformación que ha tenido la Ciencia, y nosotros sí lo podemos observar en algunos sectores, como el de la biotecnología en el cual somos precursores.

Yo quiero que ese adelanto se trasmita a todos los sectores de la industria, a las autopartista, qué les hablo siempre de la necesidad de vincularse siempre con el sector informático, para no solamente terminar siendo proveedoras de terminales, sino también exportadoras de autopartes con alto valor calificado.

También a las terminales automotrices para que incorporen cada vez mayor autopartes por que además de van a tener que hacer por una cuestión de competitividad. Si tienen que venir las cosas de afuera, obviamente, los costos van a ser otros y en el mundo que viene va a perder competitividad.

Y que mostrarles lo que me dejó, porque cuando vino el señor de G.M...Por eso estoy - dentro de todo lo que uno puede estar - contenta, por un lado, y bueno, ya saben no quiero especificar demasiado, pero en esta semana me visitaron, por ejemplo, Carlos Slim, un empresario muy conocido, que también me anunció inversiones en nuestro país por 420 millones de dólares; algún diario dio cuenta de ellas; también vino a visitarme Javier Quintanilla Madanes, el titular de ALUAR, anunciándome para FATE, su fábrica de neumáticos, una importante inversión de 240 millones de dólares; también estuvo anunciándome inversiones, para la fábrica específica de aluminios y montón lo que pasó ayer.

Yo veo al sector empresario con muchas fuerzas y con muchas ganas de invertir; de hecho estimaciones privadas nos han dado el 24,6% de inversión del PBI, la más alta que se recuerde y en materia de equipamiento industrial, o sea capitalización de las empresas, no se recuerda un grado de capitalización y de adquisición de maquinaria, desde los años 40, como el que hemos tenido en estos años desde el 2003 a la fecha.

Por eso creo que tenemos que seguir, pero no solamente pensando en traer fierros de afuera, tenemos que tener técnicos para que los fierros también los hagamos aquí en Argentina. Yo quiero que los fierros que produzcan cosas argentinas, sobre materia prima argentina también la construyamos técnicos, científicos, ingenieros y la produzcan industriales argentinos

No es solamente una cuestión de orgullo nacional, es una cuestión estrictamente económica, que me impacta en la balanza comercial porque al mismo tiempo que me aumenta la actividad económica también - al no tener todavía una buena sustitución de importaciones - me impacta también negativamente en la balanza comercial y también les impacta a ustedes porque tienen que traerlo con moneda, que no es nuestra, o sea tienen que convertir moneda que no es nuestra para poder comprar eso, con lo cual si nosotros le hiciéramos con nuestros propios costos, obviamente, nos daría una competitividad que unida a la competitividad que tenemos en sectores claves, como va a ser la agroalimentación durante todo el siglo XXI, sinceramente, nos pueden volver a colocar en los primeros lugares del mundo.

De hecho, en materia de crecimiento económico, de medidas contracíclicas, estamos ahí peleándoles la punta a los principales países del mundo.

Y quiero también asegurarles que vamos a seguir con una política que defienda el trabajo y la producción nacional, como hacen todos en todas partes, donde nos hablan y denostan y dicen cosas contra el proteccionismo, pero luego uno ve las medidas arancelarias, para arancelarias.

Porque todo el mundo parece ser que coloca al proteccionista en la Aduana, eso es una ingenuidad, eso es una parte, pero todos sabemos en qué consiste también el proteccionismo: en cuestiones fitosanitarias, en donde hay lugares que no reúnen, pero ni por asomo, las condiciones fitosanitarias que tiene la Argentina nos plantean cuestiones fitosanitarias, respecto de nuestros productos que en este sentido tienen un altísimo grado de calidad y de seguridad.

Por eso también hemos tenido una política activa en este sentido, como la tienen los demás países del mundo y lo hemos sostenido, también, en este último G-20, cuando -en el almuerzo - se habló de comercio y se habló, obviamente, de la Ronda de Doha. Y volvimos a sostener lo mismo, sobre todo porque hubo algún comentario sobre regular los precios de commodities, porque había especulación.

Bien, nosotros estamos dispuestos a ir a la Ronda de Doha, pero no estamos dispuestos a sacrificar como país en desarrollo, como país en vías de desarrollo el crecimiento que ha tenido nuestra industria y los trabajos que hemos generado.

Y en cuanto a los precios de los commodities, a la persona que le había sugerido, le dije que no tenía ningún problema, que reguláramos también las patentes medicinales, de modo tal de que no me cobrarán royalties por las patentes medicinales, porque si la gente necesita, también necesita tomar remedios y también las manufacturas industriales o la maquinaria industrial.

En síntesis, lo que sostuvimos - y en esto tuvimos una posición muy homogénea con el presidente Lula - es que todo el mundo debe advertir , y cuando digo todo el mundo son todos los países del mundo, que el mundo que viene ya no es más un mundo de clientes, es un mundo de socios, en donde los instrumentos de cooperación y de comprensión que las brechas de desigualdad en términos de intercambio comercial, que las brechas de desigualdad en términos inclusivos en cada sociedad, porque los países desarrollos han alcanzado - más allá de los problemas que hoy tengan - un nivel de cobertura social y desarrollo social que todavía nuestros países no lo tienen porque tenemos que incorporar todavía a muchos argentinos, a muchos americanos del sur, y China tendrá que incorporar otros tantos y también India, que están totalmente afuera de la producción.

Por eso no podemos medir con la misma vara a quienes somos desde hace décadas diferentes.

Para terminar, por que se me está haciendo muy largo, pero es un tema que me entusiasma mucho éste: la defensa del modelo, que es la defensa del país, les quiero mostrar el prototipo que me trajo - Cristiano míralo bien, que es la competencia - el titular de G.M. Argentina, que es un ingeniero brasilero, en materia automotriz, en seguridad automovilística y que me contaba - una anécdota, que la verdad que nos conmovió; estábamos Débora y el ministro de Economía- él integró el grupo que en Detroit tuvo que reducir la planta de personal de G.M., en un 53%, echar al 53% de los trabajadores.

El titular nos contaba que fue terrible para él, porque había trabajadores que tenían 20 años, 25 años en la empresa y tuvo que llamarlos y decirles que G.M. tenía que desprenderse de ellos porque no podía tenerlos más y que lo hacía llorando ambos.

Por eso me dijo: "no entiendo cuando escucho o leo algunas cosas, en la Argentina, de qué crisis me hablan cuando hemos vivido lo que hemos vivido en Detroit y en otras partes del mundo". (APLAUSOS).

Y fue él quien me dijo y me presentó esto, que ustedes ven aquí, este es el prototipo que G. M. ha presentado ya en la Feria de Shangai, que va a ser el auto que van a hacer en el año 2030. Parece que fuera muy lejos el 2030, es mañana el 2030; si uno piensa en 1994 con los teléfonos; si uno piensan en 1989 cuando se cayó el muro de Berlín y luego Wall Street, en el 2008, el año 2030 mañana.

Este es un auto eléctrico para dos personas, un tercio del tamaño de los automóviles estándar, que yo siempre me preguntaba porque yo digo, si los chinos siguen incorporando gente al mercado y por lo menos un tercio de los chinos compra auto, dónde los van a meter, porque ese es un desafío fortísimo; es un auto eléctrico con autonomía de 60 kilómetros, es un auto urbano que además no es manejable porque se maneja por computadora y se maneja en un tráfico guiado - además - que le indica por qué lado tiene que ir, es únicamente para dos personas.

Se acuerdan que hubo un auto, cuando yo era muy jovencita - veo algunos también que más o menos deben tener los mismos años que yo o tal vez más - que era un auto que se abría así para el costado y que entraba... ¿el Isetta?

Ah, bueno, pero había uno que era el Isetta, yo me acuerdo, ¿también puede ser?

Miren si seré vieja, Dios mío, ese nombre no lo conoce nadie.

Y esto es lo que viene, esto es la industria automotriz.

Me lo dejó, me lo trajo, porque yo cuando vino con la cajita estábamos con Amado y nosotros pensábamos que me traía el Aguile, un prototipo del vehículo que habíamos ayudado a que se produjera con el préstamo de la ANsES.

No, me trajo esto, porque va a ser tal el grado de competitividad en materia de tecnología, de rendimiento, de no contaminación - en este sector en específico -, pero imaginen esto en todos y cada una de las actividades, en todos y cada uno de los sectores que ustedes representan y entenderán, entonces, el mundo que se viene.

Es un desafío fantástico, primero, porque implica cambio y la verdad que siempre es bueno cambiar, si uno siempre hace lo mismo se termina aburriendo y lo peor que le puede pasar es aburrirse, no produce creatividad.

Por eso los invito a todos a que participemos fuertemente en el diálogo social tripartito. Estado, trabajadores y sector empresario.

Ya nadie piensa en un Estado empresario; el management y la propiedad son esencialmente privados, pero tenemos que tener un Estado que oriente, que dirija hacia dónde vamos, qué modelo queremos, dónde vamos a poner los recursos.

Por eso, esa línea de promoción de inversiones, por eso los proyectos del Bicentenario, por eso la línea 400, por eso los bonos K, por eso todas las líneas de crédito del ministerio de Ciencia y Tecnología, que seguramente Lino Barañao debe haber hecho una exposición en la mesa que le tocó encabezar, por eso esta terquedad de seguir agregando valor a todo lo que hacemos.

Esa es la clave y yo creo que en eso no puede haber diferencias, no al menos entre personas inteligentes.

Así que agradecerles la invitación, felicitarlos por el esfuerzo, que hemos hecho en estos años, en invitarlos a seguir trabajando juntos.

Muchas gracias.