viernes, 12 de octubre de 2007

Discurso de la Presidenta en la Sociedad Científica Argentina


martes, 17 de agosto de 2010

PALABRAS DE LA PRESIDENTA DE LA NACIÓN, CRISTINA FERNÁNDEZ, EN EL ACTO DE ENTREGA DE LOS PREMIOS "DISTINCIÓN INVESTIGADOR DE LA NACIÓN 2009" REALIZADO EN LA SOCIEDAD CIENTÍFICA ARGENTINA

Muy buenas tardes a todas y a todos y, especialmente, a todos los hombres y mujeres de la ciencia argentina.

Que haya habido dos científicos que son del Lobo, es pura coincidencia.

Por favor que nadie crea que hubo favoritismo, uno es de La Plata, pero es pura coincidencia.

Realmente, muy honrada de estar aquí.

Me decían que aparentemente en los tiempos modernos o en las últimas décadas nunca había venido un presidente y menos una presidenta -obvio, no ha habido presidenta-, a este lugar tan emblemático donde también me enteré, no lo sabía, que de aquí se había ordenado la partida del perito Francisco Pascasio Moreno a la expedición al Sur.

No hace falta que les aclare quien es, es uno de los hombres que figuran en el Salón de los Científicos del Bicentenario que hemos inaugurado en la Casa de Gobierno.

Realmente, cuando decidimos crear el ministerio de Ciencia y Tecnología y poner al frente de ese Ministerio a uno de ustedes, me acuerdo cuando fui al Leloir que cuando decidió, me dice el presidente del Leloir, "poner a uno de los nuestros", me encantó porque esta cosa de la identidad y la pertenencia de un sector que normalmente siempre desde los grandes sectores de la sociedad se lo ve como un sector muy reconcentrado sobre sí mismo, o tal vez aislado o tal vez sin inserción en la sociedad, yo creo que el gran desafío que nos hemos planteado desde este ministerio de Ciencia y Tecnología no es solamente el desarrollo de la ciencia y la tecnología como algo pristino, purificador que debe estar aislado del resto de la sociedad, sino que al contrario, que la sociedad asuma a sus científicos, a sus científicas como una parte vital y más que importante para el desarrollo y crecimiento de esa sociedad.

A eso apostamos esencialmente, a que no se los vea como algo diferente, como algo que no forma parte de la sociedad o que están tan excelsos y tan alto que nunca puede alcanzarse o tocarse.

Yo creo que un desafío es que esta ciencia y tecnología, que ha dado tres premios Nobel, únicos en Latinoamérica la Argentina en materia de ciencias duras y que ha caracterizado a la Argentina como una sociedad con alta calificación en sus recursos humanos en las ciencias duras, sea precisamente, como lo señalaba Lino en su intervención anterior, una también de las poleas de desarrollo y crecimiento.

Yo estoy convencida que el siglo XXI, el conocimiento...como fue en realidad también durante el siglo XX y como lo fue siempre.

Yo lo escuchaba a Lino hacer una historia de cómo les fue a los científicos y, realmente, en la historia de la humanidad, y realmente distintos períodos, en realidad los gobiernos autoritarios, los gobiernos dictatoriales son aquellos que creen en los dogmas.

Nada más antidogmático que la ciencia por propia definición.

Todo está en discusión, todo está por probarse, todo tiene que investigarse y no hay ninguna palabra sacrosanta.

Esto de que no haya palabras sacrosantas muchas veces molesta a algunos sectores de la sociedad civil y no tan civil también.

Pero lo que yo quiero decirles a ustedes que el compromiso de nuestra gestión con la ciencia, con la tecnología, que tiene que ver desde el desarrollo en infraestructura, estamos esperando inaugurar la primera parte del Polo Científico a fin de año en diciembre donde también a estar el instituto alemán Max Planck primer localización en Latinoamérica, han elegido la República Argentina, para nosotros los argentinos es un inmenso honor, la repatriación de 768 científicos, estamos haciendo mucho esfuerzo para poder llegar a los 800 y seguir de ahí en adelante.

De aquí diviso en la cuarta fila de aquel sector a un doctor que conocí en Harvard cuando fui a visitar la universidad.

Yo había ido por política a un congreso del Partido Demócrata en Boston y se enteraron los estudiantes argentinos que estaban allí en la Escuela de Medicina de Harvard y me invitaron y yo fui.

Y fui al laboratorio y me hicieron ver por un microscopio y quedaron azorados porque me mostraron una célula y pude saber e identificar el núcleo.

Me dijeron: "¡Sabe dónde está el núcleo!"

Dije, sí, porque me quedó de cuando estudiaba Biología en la secundaria cuando la secundaria realmente era una cosa muy exigente y, bueno, yo siempre he sido muy exigente también conmigo misma a la hora de estudiar.

Por eso, esta revalorización de los científicos, que se da en todos los ámbitos.

Recién uno de los premios que entregué a uno de los científicos me dice:

"Es el segundo premio que me entrega".

Y la verdad es que es cierto, el otro lo había entregado en reconocimiento cuando fue el aniversario de la Comisión Nacional de Energía Atómica y habíamos homenajeado a aquellos científicos con mayor antigüedad en la Comisión Nacional de Energía Atómica.

Otro ejemplo palmario de cómo apostamos al desarrollo científico con una aplicación concreta, en este caso como es la generación de energía y la aplicación también a fines medicinales como ha tenido históricamente el desarrollo nuclear en nuestro país.

Los satélites, estamos construyendo satélites asociados con la NASA; radares, donde también aplicamos todo lo que sabemos, no solamente en el sector específicamente científico, sino también la capacitación del sector militar en este tipo de actividades con sus ingenieros, con los hombres que toda la vida han trabajado en esto.

No nos olvidemos que hemos también tenido ingenieros y científicos muy importantes que han desarrollado instrumentos muy importantes en materia de defensa en nuestro país que luego, por distintos intereses, fueron abortados y ocultados como muchas veces sucede cuando no hay una verdadera vocación de desarrollo de lo nacional.

Estamos muy comprometidos con la ciencia, lo demostramos presupuestariamente, pero también reclamándole a todo el sector, como bien lo decía Lino, y también a nuestras universidades, la necesidad de que todo ese bagaje de conocimientos, toda esa investigación, toda esa ciencia pueda ser aplicada a nuestros procesos productivos como se hace en los grandes países desarrollados para agregarle mucho, pero mucho valor a lo que somos capaces de producir.

Por eso, estamos muy contentos y también muy contentos con la renovación generacional.

Por favor ninguna persona de que no sea un joven -yo no lo soy- se sienta mal, pero lo cierto es que nosotros necesitamos también renovar nuestros cuadros.

Porque, en realidad, uno de los problemas que teníamos cuando asumió Lino era ver cómo se había, por ejemplo, estancado la edad en los investigadores del CONICET y había que, realmente, crear nuevas vacantes para que se pudieran incorporar los jóvenes e ir alimentando siempre de sangre joven, siempre se necesita la renovación en todos los frentes y, fundamentalmente, la transferencia también de los conocimientos.

Cuando estuve en la Comisión Nacional de Energía Atómica me comentaba su titular que hombres y mujeres que ya podrían ir tal vez mucho menos o ir unas pocas horas al día, sin embargo tienen una pasión por ir todos los días y estar más tiempo que el que realmente les corresponde para ir preparando y transfiriendo a las nuevas generaciones que se han incorporado.

Y esto me hace poner muy contenta porque yo apuesto mucho a todo esto.

Así como me gusta el arte, me encanta el conocimiento.

Creo que, en definitiva, lo que siempre me ha gustado y me ha deslumbrado, por así decirlo, para emplear el término más adecuado, es la inteligencia que se puede expresar en todos los frentes.

Tal vez, donde uno más puede identificar la inteligencia en su estado más puro es en este ámbito.

Pero creo que siempre es deslumbrante encontrar gente que aporte ideas, que aporte investigación, que aporte su arte.

Esto también, en definitiva, es un arte.

Está vinculado con la vocación, está vinculado con la imaginación, está vinculado con la creación que son todos los dones que -¿puedo decir Dios en este ámbito tan académico?

Sí, por qué no, no con el sentido, por supuesto de Torquemada ni Savonarola, detesto todo ese tipo de cosas- pero sí con la convicción de que es necesario poner todo lo mejor de la condición humana para poder generar un buen científico, un buen artista, un buen político, un buen maestro, en definitiva, un buen ciudadano, que de eso trata, en cada uno en su lugar y con la responsabilidad que a cada uno le cabe.

Por eso, estoy muy contenta de estar en este lugar tan emblemático, espero ver a muchos de ustedes cuando inauguremos el Polo Científico en las bodegas Giol.

Parecía casi una quimera, una cosa que no se iba a poder hacer nunca y ahí estamos para poder seguir adelante y seguir dotando a todos nuestros cuerpos científicos, académicos de los espacios que también se necesitan y de la tecnología que también se necesita para poder desarrollar todo esto que estamos haciendo en la Argentina y que ustedes lo saben, no es poco y estamos orgullosos.

Por eso, felicitaciones a todos y cada uno de los que han recibido el premio y felicitaciones a todos aquellos que no lo han recibido y que, seguramente, son tan merecedores pero, por supuesto, siempre hay un jurado y siempre hay que elegir a uno o a una.

Seguramente, en otra oportunidad o el año que viene, habrá otros premiados u otras premiadas.

Por cierto, no vi ninguna premiada, Lino, me preocupa.

Así que, por favor, mujeres, hagamos quedar bien al género, necesitamos que el año que viene -y no estoy presionando por Dios, ya veo que mañana tenemos un titular "Presionó para que mañana..."- quiero alguna científica.

Esfuércense, chicas, investiguen mucho lo que nos queda de este año y lo que falta para poder tener también una mujer premiada porque también las hay y muy pero muy buenas.

Muchas gracias y muy buenas tardes a todos y a todas.